Cuva Vella 1980, la
mistela elaborada por la centenaria bodega valenciana Valsangiacomo, ha vuelto
a conquistar a la crítica más influyente, con un nuevo y prestigioso
reconocimiento del mercado británico, que la sitúan entre los mejores vinos de
licor del mundo. Se trata del galardón
obtenido en el acreditado concurso Wines from Spain Awards , en el que
se ha creado una categoría especial, para destacar la excepcionalidad de este
vino de licor moscatel valenciano, “que ha sido elegido como uno de los 10
mejores vinos españoles”, según explica el gerente de esta bodega, Carlos
Valsangiacomo.
El concurso, que cuenta con expertos catadores,
entre los que se encuentran el Master of Wine, Tim Atkin, considerado
como uno de los principales especialistas del mundo, tiene como objetivo
seleccionar los mejores vinos españoles, ya posicionados en las estanterías del
mercado británico en 2015.
El
reconocido sumiller valenciano Bruno Murciano es el responsable de
comercializar este producto en Londres, donde cuenta con una
distribuidora especializada en vinos españoles.
A esta importante distinción en el
mercado británico, se suman otros reconocimientos muy significativos obtenidos
recientemente por el Cuva Vella 1980 y entre los que destaca
la excelente puntuación otorgada por la revista The Wine Advocate ( Robert
Parker) con 93 puntos, y la calificación de excelente (con 94 puntos
sobre 100), obtenida en la Guía Peñín 2016, que lo sitúa como el vino mejor
puntuado de la DOP Valencia.
Mistela con carácter único
El
carácter único que encierra esta mistela hay que buscarlo hace algo más de una
treintena de años, cuando Arnoldo Valsangiacomo,
el por entonces director de la bodega Valsangiacomo,
se decidió a meter una pequeña cantidad de las mejores mistelas sobrantes en
una cuba de madera de castaño.
Lo empujó a ello tanto su atrevimiento en investigar cosas nuevas como la
confianza en el potencial de guarda de esas uvas.
Fue
tal la pasión por preservar su idea sin alterar el desarrollo natural de esta
mistela, que su proyecto llegó a caer en el olvido durante un tiempo, lo que
causó que este vino fuera perfilándose en silencio ajeno a los cambios que iban
entrando en el terreno vitivinícola.
¿El resultado? Una madre de mistela
añejada sobre la madera de castaño, con un gusto untuoso y equilibrado que
evoca a productos como café, pasas, caramelo quemado, regaliz negro, curry y
toques balsámico.
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