El Bassus Finca Casilla Herrera, el tinto más complejo de Hispano Suizas, estrena con la nueva añada de 2019 el nuevo sistema de elaboración que ha supuesto dar un paso más allá en la calidad del concepto de vino de finca que le ha hecho tan exitoso, pero ganando todavía más elegancia y finura.
La nueva botella troncocónica ya avanza el cambio que hay en el interior. La filosofía es la misma, la de la búsqueda de un vino perfecto a partir de la finca que da nombre al vino.
El coupage de sus cinco variedades se mantiene intacto, con dos de ellas tardías como la bobal autóctona y el petit verdot francés que le dan estructura, acidez y color, al tiempo que dos variedades tempranas en Requena como son el merlot y el syrah le dan la fruta madura y el dulzor en boca tan característico del Bassus Finca Casilla Herrera. A todas ellas se une el cabernet franc en el ensamblaje final para añadirle complejidad.
El cambio ha comenzado en la viña, con un viñedo que ha ganado en años y que se ha ido mejorando con el paso del tiempo equilibrando las producciones en planta con respecto a la superficie foliar útil, lo que ha dado mejores maduraciones fenólicas y más concentración de uva sin perder la frescura.
Además, la elaboración deja paso el roble americano al francés exclusivamente, con las barricas de 400 litros para la fermentación y luego las de 300 para la crianza, afinando el tostado de todas ellas y manteniendo la vinificación por separado de esas cinco variedades hasta el coupage final tras 20 meses mínimo que están en el roble.
Será un nuevo Bassus Finca Casilla Herrera, muy reconocible para los seguidores de nuestro tinto más clásico, a la vez que notarán una sustancial mejora en su elegancia y paso final por boca.
Porque en Hispano nunca nos paramos, y donde hay margen de mejora, actuamos para hacer, siempre, el mejor vino posible fruto de nuestros viñedos.