164 Vinos Valencianos: Monastrell
Vinos Valencianos
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Bodegas Enguera los vinos valencianos más sostenibles

De camino a la población valenciana de Enguera, municipio de la Canal de Navarrés, encontramos El Chalet del Río, una finca de 9 Has. donde Bodegas Enguera elabora los vinos procedentes de viñedos en las parcelas de Enguera y Fontanars dels Alforins. 

 La bodega cuenta con diferentes variedades de cepas plantadas en las fincas con suelos diferentes de las que elabora vinos embotellados y vinos de calidad para venta a granel, todo en producción ecológica y sostenible.


La historia de Bodegas Enguera es la historia de un soñador. Es la historia de alguien que cambió su estrella, alguien que dejó un gran legado pero que siempre mantuvo la esencia de sus raíces, es la historia de D. Pedro Pérez Pardo. Ya en su tercera generación, los nietos del fundador y habiendo certificado todo el viñedo como ecológico,  los vinos de la bodega van ganando en calidad y reconocimiento internacional y se consolida un proyecto que ofrece al consumidor una garantía de sostenibilidad y productos totalmente ecológicos siguiendo una filosofía propia bautizada como Enguera Planet.

La bodega tiene una filosofía denominada Enguera Planet que es el Centro de I+D+i de Bodegas Enguera, donde desarrollan proyectos de investigación para mejorar la sostenibilidad de la bodega y del viñedo. Dentro de dicha filosofía se encuentra la gestión de residuos, la conservación del paisaje y Biodiversidad, la adaptación al cambio climático mediante la protecciópn solar de manera natural del viñedo, el seguimiento de las plagas fúngicas que afectan al viñedo y uno de los proyectos más sonados es la conservación del murciélago para controlar plagas de insectos en el viñedo.


Nosotros realizamos la visita con Pedro, unos de los nietos del fundador, ingeniero agrónomo, que controla los trabajos en el campo, además de ser un excelente anfitrión en las visitas a la bodega junto con su tío Julián, conocido por ser una de las caras más visibles de la bodega en los eventos a la que la bodega acude.

Las instalaciones donde se elabora el vino son de última tecnología, usando el acero inoxidable para la vinificación y almacenamiento del vino, así como una sala de barricas, donde se afinan los vinos para su posterior embotellado y almacenamiento de producto elaborado.

En cuanto a los vinos pudimos catar tres referencias, el primero el Blanc de Enguera 2021, un vino elaborado con Verdil, principalmente, Chardonnay, Viognier y Sauvignon Blanc, que fermenta en barrica de 2-3 año y permanece entre 4 y 5 meses hasta su afinamiento y posterior embotellado. El vino es untuoso en boca y muy aromático en nariz, combinando fruta blanca, toques cítricos y notas mielosas, que lo hacen un vino agradable y fresco y muy gastronómico.

Megala 2019 es uno de los grandes vinos tintos valencianos, donde Monastrell, Marselan y Tempranillo se van afinando en barricas de roble francés durante 12 meses para obtener un vino franco y jovial, se pueden apreciar notas aromáticas de frutos rojos acompañado de recuerdos a bosque mediterráneo y tostados. En boca es muy fácil de beber, equilibrado y goloso, un vino muy recomendable para disfrutarlo en compañía.

El Verdil de Gel 2021 es una de las elaboraciones más singulares de la bodega, usando la uva Verdil, ya que es difícil que las uvas se congelen de manera natural y gracias a la técnica la bodega realiza la congelación obteniendo así un mosto concentrado de aromas y sabor, fermenta y se detiene al llegar a los 8,5% de alcohol, obteneindo un vino fresco y dulce, que no empalagoso, para disfrutarlo tanto en el aperitivo como en el postre.

En definitiva una bonita visita, aunque algo corta, con un proyecto y una filosofía que debería servir de ejemplo para cualquier empresa que respete el medio ambiente y con un disfrute total de sus vinos y sus personas.



Finca El Serrano, la grandeza de la Monastrell en el nuevo Vino de Parcela de Murviedro

Murviedro presenta Finca El Serrano, un vino tinto excepcional elaborado con las uvas Monastrell de la parcela más particular de este viñedo, enclavado en pleno Arco Mediterráneo.
 
Este es el cuarto Vino de Parcela que lanza esta bodega valenciana, fruto de la experiencia y de la investigación para interpretar las diferentes estructuras de los subsuelos de las parcelas, su entorno y su orientación. Todo ello determina la forma en que el conjunto de estos factores influye en los matices que hacen a un vino tan especial como para que refleje su paisaje con su aroma y su sabor. 
 
La parcela de la que provienen las uvas para hacer El Serrano tiene una extensión de 5 hectáreas, ubicada en la parte más elevada de la finca, la más pobre en nutrientes, un glacis pedregoso con la roca madre caliza muy próxima a la superficie.
 
Así, estas cepas de Monastrell tienen una menor producción, de racimos con mucha concentración tanto de azúcares como de acidez, y, según nos asegura Juan José Muñoz, director técnico de Murviedro y artífice de este vino, “el suelo calizo de color blanco de las tierras de Villena, refleja los rayos del sol por la parte baja de la planta, con lo que se consigue una fruta muy equilibrada y los vinos que ofrecen son más frescos y de grado más moderado que los de otros lugares”. La vendimia de 2020 se realizó el 4 de octubre, en el momento óptimo de maduración, sin que hubiese granos pasificados y se ha podido elaborar una edición limitada de 9.978 botellas.
 
 

Vino de Parcela Finca El Serrano, Monastrell 2020

Nota de cata
Finca El Serrano tiene un precioso color rojo característico de su varietal, intenso, con tonalidades púrpura. Su aroma es de intensidad alta, donde resalta la fruta madura, con notas balsámicas y minerales de tierra caliza, sobre un fondo de roble tostado de gran elegancia, que no sobresale con sus cinco meses de crianza en barricas y foudres de roble francés. En el paladar es carnoso, complejo, con paso de boca untuoso, taninos equilibrados y un final torrefacto. Un vino serio, elegante, profundo y evocador, que triunfará en las mejores mesas con su magnífica estructura y su amable carácter mediterráneo.
 
El Berliner Wine Trophy da la bienvenida a Finca El Serrano con una Medalla de ORO
 
Unas semanas antes de que el vino saliera al mercado participó en la Cata de Verano del certamen internacional Berliner Wine Trophy, en Alemania, donde este Vino de Parcela ha sobresalido entre los de su categoría y ha cosechado su primera Medalla de ORO.
 
Finca El Serrano Monastrell viene a unirse a la destacada familia de los Vinos de Parcela de Murviedro, junto a los Vallejo Avenas Chardonnay, Cañada La Torre Malvasía y el tinto CV05 Cabernet Sauvignon.

Vicente Gandía presenta Ceràmic Monastrell

Hablar de la utilización de las tinajas de cerámica es remontarse al origen del vino. Estos recipientes se han venido utilizando desde hace más de 3000 años en su elaboración, crianza y transporte. Bodegas Vicente Gandía ha querido volver al origen con una elaboración que recupera la utilización de las tinajas de cerámica en combinación con la crianza en barricas de roble. Se trata del nuevo CERÀMIC MONASTRELL criado en tinaja, elaborado por el prestigioso enólogo Pepe Hidalgo, director técnico de la bodega.

 “El vino y la vid están presentes en mi vida desde que nací. Mi abuelo fue maestro y quizás la figura más importante de la viticultura española y mi padre es, además, de un gran estudioso de la viniviticultura uno de los enólogos más importantes del país. Es por ello que, para mí, es mi profesión, pero también es la mayor afición que tengo. Lo vivo con pasión e ilusión, espero ansioso siempre la vendimia y aún cada día me emociona encontrar la complejidad de un buen vino”. Pepe Hidalgo, director técnico de la bodega.

 

 

Ceràmic, del griego antiguo “Keramiké” (hecho de arcilla) es un vino elaborado con uvas de la variedad Monastrell procedente de viñas viejas situadas en parcelas de estricto secano. Criado durante 11 meses en barricas de tostado medio y afinado en tinajas de cerámica al final de su crianza. La micro oxigenación que permite este material a través de las paredes del recipiente, produce un aporte lento y continuo de oxígeno que preserva y potencia el sabor de la fruta aportando frescura y expresividad mientras que el paso por barrica aporta una gran finura y elegancia a nuestros vinos, a la vez que permite que estos sean muy respetuosos con las características específicas de nuestro terroir.

La utilización de la variedad Monastrell también supone una vuelta a las raíces de la compañía ya que fue una de las primeras variedades que utilizó en sus orígenes a finales del siglo XIX. Se trata de una variedad típica del sureste de España que necesita climas muy cálidos y suelos muy áridos. Con esta uva obtenemos vinos muy potentes y con una gran concentración. Tras su paso por barrica y su afinamiento en tinajas de cerámica conseguimos un vino de color rojo intenso, oscuro y con ribetes vivos. En la nariz destacan los aromas de ciruela madura, regaliz, coco y vainilla. Su paso por boca es amplio, robusto, de tanino dulce y elegante acidez. Deja el recuerdo en la boca de estas frutas rojas muy maduras.

Elaborado con el sello distintivo de calidad de la DOP Valencia, una región vitivinícola que se reinventa y apuesta por la recuperación de las uvas autóctonas, Ceràmic Monastrell se posiciona en el segmento de vinos premium para poder competir de tú a tú con las grandes referencias de los vinos españoles en las cartas de los mejores restaurantes. 

Ceràmic Monastrell supone un paso más en el camino que ha emprendido Bodegas Vicente Gandía en la elaboración de grandes vinos icónicos que están ayudando a la compañía a generar nuevas oportunidades de negocio y crecer en su posicionamiento, lo que supone un paso adelante para los vinos valencianos en general.

 

Visita a la bodega Los Frailes en Fontanars dels Alforins

Situada en pleno Valle dels Alforins, se encuentra la bodega Los Frailes en un enclave privilegiado, su situación es magnífica, pues desde el emplazamiento podemos observar los viñedos que conforman esta finca, que desde hace 13 generaciones es propiedad de la familia Velázquez.

Situada en la antigua casa de los frailes Jesuitas, que fueron expulsados de la península en 1767 por Carlos III, la familia Velázquez la adquirió en subasta pública en 1771 y ahí empezó el proyecto que, a punto de cumplir 250 años, es fiel al respeto por el pasado y por supuesto cuidando del entorno y la naturaleza que es la responsable del fruto que cada año se obtiene en la finca.

 


 La finca está rodeada de viñedo, olivo y almendros y cuenta con unas 162 ha. en total. La elaboración del vino se hace totalmente de manera ecológica, las parcelas van desde zonas más altas hasta el centro del valle y cada una está totalmente controlada a través de procesos de agricultura ecológica y biodinámica.

En general es un terreno totalmente agrícola, de secano y con suelos fundamentalmente calizos, aunque las montañas que rodean a las parcelas son suelos de tipo dolomita que durante su erosión han ido transportando sedimentos hacia las laderas y centro del valle, a todo esto hay que destacar una piedra caliza dura que, a diferentes profundidades en cada zona, permite mantener la humedad en el suelo en los periodos de sequía. Y a su vez la textura franco arenoso y pedregosa del suelo la que permite el drenaje del agua cuando llueve en abundancia.


Visitamos la bodega con Miguel Velázquez, enólogo y principal representante de este proyecto familiar, para entenderlo, la mayor parte de la visita la realizamos en el campo, reconociendo algunas de las variedades, que además en esta época del año nos ofrecía una paleta de colores otoñales que nos hacían capaces de reconocer cada una de las variedades. Ya con las hojas agostadas y en el ciclo de la viña en aletargamiento, reconocimos el cultivo de la viña, con variedades más jóvenes como la Moscatel, Sauvignon Blanc, Viognier y Verdil plantadas en espaldera, reconociendo los suelos, con poca labranza y con presencia de abono, que proviene en parte de los propios hollejos de la uva, excrementos de una cabaña de ovejas que se estabulan en invierno y que pastan por la viña y un aporte extra para enriquecer suelos sin usar ningún químico.

Por otra parte también visitamos viñas de más de 25 años en vaso de Monastrell, estas aún conservaban hojas y racimas, pues es variedad más tardía, en esta zona, más baja que la de variedades blancas había mucha más presencia de suelo calizo y con mucha más cantidad que la zona alta anterior.

Respecto a la bodega antigua, aún utilizada para la crianza de vinos, pudimos ver los depósitos subterráneos de cemento y también una zona de vasijas o tinajas enterradas, que ya no se utiliza pero que son la esencia de las bodegas de la zona, donde antiguamente se elaboraba el vino y se conservaba. También hay diversa maquinaria antigua, así como damajuanas y barricas con procesos de fermentación y crianza experimentales.

 

Respecto a la bodega de elaboración, se trata de una nave alta con depósitos de acero inoxidable y un parque de barricas de diferentes tamaños (225 litros hasta 600 litros) y linea de embotellado.

Tras la visita llegó la cata, catamos 3 vinos de los 13 que comercializan, empezamos por el Blanc de Trilogía de 2019, un vino con Sauvignon blanc mayoritariamente que le acompaña un toque de Moscatel de Alejandría, algo  de Viognier y Verdil, con pequeño paso de barrica. Se trata de un vino blanco muy aromático, predominio de cítricos y fruta de hueso y con amplitud en boca y fácil de beber, es también muy gastronómico y destacaría su frescura.

En cuanto a los dos tintos, el Monastrell de Los Frailes destaca por su frescura y cantidad de fruta que nos ofrece, un vino que tras su fermentación alcohólica en acero inoxidable, permanece en depósitos de hormigón donde realiza la maloláctica y se va afinando hasta su embotellado.


 El otro tinto es una selección especial de Monastrell y Syrah con paso por barrica durante al menos 1 año. Se trata del vino Bilogía en el que se combinan las dos uvas teniendo un aporte de fruta y frescura por parte de la Monastrell y mineralidad procedente de la Syrah, esta combinación da lugar a un vino fresco y a la vez amable y redondo, no encontrando apenas notas de la madera en el vino para poderlo disfrutar de manera más natural y con la máxima expresión de las variedades y el terruño.

Aquí terminamos la visita, pero me gustaría destacar que no teníamos tiempo para más, pero es muy interesante conocer el resto de vinos, sobre todo los vinos de parcelas singulares, ahí podemos encontrar Los Frailes Caliza y Dolomitas, con la diferente expresión de la uva Monastrell con suelos extremos de calizas y roca madre y la Los Frailes Rubificado, donde una uva como la Garnacha Tintorera produce vinos de caracter fresco influenciados por suelos calcáreos ricos en óxido de hierro. En otros capítulos hablaremos de estos vinos que son elaborados en pequeñas producciones, respetando al máximo el origen de la materia prima de tan singular parcela.


Terminaré citando el vino dulce natural After 3 de vendimia tardía, 100% monastrell procedente de una parcela que, si el año lo permite y no se estropea la uva, proviene de realizar una vedimia tardía y recogiendo el fruto ya pasificado que luego se fermentará con racimos enteros, obteniendo un vino delicadamente dulce, con notas pasificadas y algo de tanino, nada empalagoso y perfectamente maridable con foie, quesos curados y frutos secos.

En definitiva una visita muy instructiva de la que se puede resumir que el respeto por la naturaleza y el entorno permite obtener unos frutos de los que elaborar vinos francos, frescos, sabrosos y de mucha calidad, perfectamente ensamblados y presentados para gustos de cualquier paladar.

Guia de Rosados de la Comunidad Valenciana 2019 (II)


Seguimos en la segunda entrega de la Guía de vinos Rosados de la Comunidad Valenciana hablando de vinos frescos, con un plantel de diversos coloridos, aromas con explosiones a frutos rojos, notas lácteas y fondos tropicales.

Muy fáciles de beber, algunos son intensos, otros bastante cremosos y envolventes, los espumosos muy finos y absolutamente recomendables para aperitivos y recepciones e incluso sutiles y florales los dulces naturales.

Predominan las variedades Monastrell, Bobal y Garncaha, aunque los toques de Syrah, Pinot Noir y cabernet Sauvignon los hacen todavía más apetecibles al aportarles notas más elegantes, casi todas las elaboraciones son en mosto flor, pero los que luego se ha trabajado con sus lías, parecen vinos mucho más amplios en boca, sin perder frescura.

Espero que disfrutéis de este nuevo y último capítulo con el fin de animaros a buscarlos en cualquier punto de venta especializado, lineal o local de hostelería. El rosado es un vino que tiene dificultades a la hora de encontrarlo fácilmente, pero que siempre ha sido un producto que cualquier bodega lo tiene en su catálogo y por supuesto que están todos los enlaces a las bodegas por si deseáis mayor información al respecto.



Lascala Rosado 2018. Bodegas Vivanza. 50%Monastrell y 50% Syrah. 12'5%.
Color suave violeta érica. Empieza con aromas a frutos rojos y se va notando un fondo a fresas silvestres. En boca es largo y persistente, acidez notable y un final con buenos recuerdos a fruta.

Marina Espumante Rosado.
Bocopa. Monastrell. 10%.
Vino espumoso de color frambuesa con burbuja fina. Destacan los aromas a fruta roja fresca, fondo floral y notas dulzonas. Entrada dulce y fresca, divertidas burbujas muy finas recuerdos en el retronasal a frutas confitadas.

El Miracle 120 2018. Vicente Gandía. Granacha y Shiraz. 12,5%.
Color rosa claro con destellos violetas. Aromas a cerezas, frambuesas y sutiles frutas tropicales. Boca fresca, muy suave, sabroso, final lleno de recuerdos a frutas rojas frescas.

Audientia Rosé 2018. Murviedro. Cabernet Sauvignon. 11'5%
Color rosa  muy pálido. Con muchas notas frescas a cerezas y fondo lácteo es muy aromático. En boca se muestra intenso y fresco, el retronasal tiene notas a frutas rojas y recuerdos especiados.

Rosa Rose 2018
. La Casa de las Vides. Garnacha y Cabernet Sauvignon. 14%.
Color rosado frambuesa y destellos violáceos. Aromas a fruta madura, notas herbáceas y recuerdos lácteos . Entrada intensa, grasa y golosa, tiene sensación en boca de tinto pero con una buena acidez que lo hace fresco, notas maduras en el postgusto y persistentes.

Alagu 2017. MG Wines. Forcallat. 13%.
Color piel de cebolla pálido. La nariz tiene notas como si hubiese pasado por madera, también es curioso porque llevaba un tapón de corcho natural que se ha marcado un poco, (no tiene sensación desagradable, pero se nota), hay un fondo floral. En boca es muy fresco, sensación de amplitud y postgusto bastante largo con retronasal a frutos rojos.

Bassus Dulce 2018. Hispano Suizas. Pinot Noir. 12%.Color rosa claro muy  pálido. Excelentes notas en nariz a pétalos de rosa, lácteos y fresas silvestres. En boca es dulce pero su buena acidez lo hace muy fresco, retrogusto largo y persistente con esas notas florales muy agradables.
 

Ancestral Rosado. Bodegas Vegamar. Espumoso. Merlot. 11%.
Color rosáceo pálido . Unas sutiles notas a frutillos rojos y toques cítricos envuelven los aromas de este vino. En boca tiene una entrada fresca, es petillante, la burbuja es tan fina que te hace cosquillas en el paladar, tiene bastante cremosidad y un postgusto muy cítrico.

Marques del Turia Rosé.
Vicente Gandía. Bobal. 12%.
Color rosa frambuesa vivo. Aromas muy frescos, fresas silvestres y algo de chuches. Entrada amable y fresca con un final muy afrutado.

VID-A Rosado 2018. Bodegas Francisco Gomez. Monastrell y Syrah. 13%.
Color rosa salmón intenso. Notas aromáticas elegantes a frutos rojos, chuches y un fondo  de fruta tropical maduro. En boca es amplio y graso, final fresco y recuerdos a gominolas.

Enterizo Rosado 2018. Coviñas. Bobal. 12%.
Su color es un rosa intenso con tonos violeta. Este vino huele a tienda de golosinas, fresas con nata y plátano maduro. En boca es fresco, tiene buena acidez, su persistencia es larga y el recuerdo es de chicle de fresa.

Sandara Rosado 2018.
Vicente Gandía. Espumoso. Bobal. 7,5%.
Color rosa muy pálido . Fragancia de agua de rosas y cerezas maduras. En boca es equilibrado,dulzón, petillante y con la retronasal que recuerda a las gominolas de frambuesas.

Hoya de Cadenas Rosado 2018
.
Vicente Gandía. Bobal. 12,5%.
El color es un rosa con destellos azulones. Se nota la bobal, hay chuches y fresones, fondo tropical. En boca refrescante, intenso, buena persistencia con recuerdo final a fruta roja confitada.



 
Malvarrosa 2018. Bodega Vall de Xaló. Semi-Dulce. Giró. 10'5%.
Color rosa con tonos anaranjados. Nariz dulzona, notas de sandía madura y golosinas con fina que recuerdan a anisados. En  boca es dulce, voluminoso, con ligera presencia de carbónico, tiene bastante frescura y un final para recordar.

Vall de Xaló 2018. Bodega Vall de Xaló. Giró. 12 %.
Bonito tono a fresa silvestre. Nariz a frutas rojas maduras, notas anisadas muy dulzonas. En boca es fresco y suave y en el paladar da notas amargosas pero agradables, final largo y muy afrutado.

Pla de Lliber Rosado 2018. Bodega Vall de Xaló. Giró. 12%.
Rosado con destellos violáceos. Tiene una combinación de fruta roja fresca y cítricos que lo hacen muy fragante. Buen ataque, fresco y bastante goloso, final afrutado recordando a fruta roja confitada.

Fruto Noble rosado 2018.
Bodegas Francisco Gomez. Monastrell y Syrah. 13%
Vistoso color rosa con tonos anaranjados. Fruta roja madura, notas de chuches y recuerdos minerales. Boca fresca y amplia, final persistente y recuerdos a golosinas, muy bueno.

Añacal rosado 2018. Dominio de la Vega. Bobal. 11,5%.
Rosado con vivo color y destellos azulones. Nariz fresca, a golosinas, plátano y notas mentoladas. En boca es fresco, intenso en el paladar y fácil de beber, destaca un final mentolado.

Vega Infante Rosé 2018. Bodegas Utielanas. Bobal. 12,5 %.
Color rosa rojizo. Intensidad nasal a frutos rojos, los fresones y las grosellas son muy destacadas con un final herbáceo. En boca es cremoso y amplio, tiene un final muy persistente y el retrogusto es super afrutado.

Tierras hermanas: Jumilla

Los vinos del sur de la Comunidad Valenciana están muy marcados por un territorio y clima de las tierras hermanas que conforman la D.O. Jumilla, además compartimos variedades a la hora de elaborarlos. Variedades como la Monastrell y la Garnacha Tintorera conforman el territorio hermano de las provincias de Murcia y Albacete, pertenecientes a la denominación Vinos de Jumilla.

Si bien es cierto que muchas bodegas que pertenecen a estos límites, están llevadas por enólogos valencianos y viceversa, no podemos obviar que compartimos el carácter mediterráneo de los vinos de esta zona sureste de la península.


La Sierra del Carche se encuentra en la província de Murcia y es límite con zona vitivinícola alicantina, de hecho el municipio de Pinoso está a los pies de dicha sierra, haciendo de límite natural entre las dos províncias, pero no seríamos capaces de distinguir el territorio, plagado de espectaculares viñedos viejos de uva Monastrell, donde las D.O.P. Alicante y D.O. Jumilla seguro que comparten bodegas. Los vastos territorios con suelos arenosos, calizos y con presencia pedregosa y un clima seco con pocas precipitaciones, confieren a las cepas un modo de supervivencia duro y que, tiene sus frutos en bayas pequeñas, concentradas, idóneas para vinos de calidad, con carga frutal y madurez, aportando la característica de vinos mediterráneos.

La gastronomía de la zona es rica, muy próxima a tierras manchegas, comparten el Gazpacho Jumillano y la Gachamiga, también hay ricos quesos y ricos arroces (por proximidad a tierras valencianas) como el Arroz con conejo y caracoles. Desde luego que los vinos lo acompañan, tintos y rosados de Monastrell y blancos frescos de Macabeo y Pedro Ximenez.

Muy recomendable es el paisaje de la zona, el Valle del Carche a los pies de la sierra con el mismo nombre, es una zona natural protegida, con un paisaje dominado por flora mediterránea, cultivos de secano como el olivo y la viña, y en la propia sierra, podemos encontrar bosque mediterráneo, con pinos carrascos y monte bajo dominados por romeros. espartos, coscojas y madroños, entre otros.

Una manera ideal de conocer este paisaje es a través del Enoturismo Jumilla, hay bodegas en la zona con un importante catálogo de vinos, actividades de tiempo libre para disfrutar de un entorno natural diferente y acompañado de una gastronomía de interior regada con los fabulosos vinos que producen.

Interesante propuesta visitar la D.O. Jumilla, cercana a nuestra comunidad y que comparte muchas más cosas que nos pueden interesar y hacer disfrutar de jornadas muy divertidas y culturales.